Entropía Estética
Los objetos abandonados por el hombre en la naturaleza evidencian el paso del tiempo, el efecto de los fenómenos climáticos y el impacto atmosférico, transformando su materia, interviniendo las formas, los colores, las texturas, dándole una utilidad diferente para la cual fue creada inicialmente; evolucionando con el paisaje y convirtiéndose a su vez en nuevas inspiraciones para el ser humano en su tránsito.
Estos objetos y espacios modelados por la naturaleza ofrecen calidades orgánicas y estéticas que se integran al paisaje demostrando el poder y la habilidad que tiene el entorno para adaptarse y adaptar todo aquello que se encuentre a su merced.
En el mar, todas aquellas cosas que han sido abandonadas en sus orillas, sufren cambios dramáticos, son rápidamente absorbidos y modelados por la naturaleza, tal es el caso de esta barcaza, una gabarra que fue abandonada en la orillas de la playa La Galera hace más de 40 años y hoy en día se ha transformado en pilares herrumbrosos, metálicos y oxidados modelados orgánicamente por la naturaleza y su transcurrir.
Es interesante pensar o imaginar todo el movimiento, casi imperceptible en la inmediatez, que ha sufrido este objeto, aparentemente en reposo sobre las llanas aguas de esta playa, dialoga y comparte su existencia con todo aquello que lo afecta, el agua, el aire, la sal, los peces, aves y pescadores todos van poco a poco interviniendo en su modelaje, a nadie molesta, atrae peces y vida marina y los invita a posarse sobre y dentro de sus formas.
Para la comunidad este objeto, ya casi desaparecido, contiene una historia, su razón de estar se conecta con la historia y la memoria de un pueblo, se encuentra fuertemente identificado con el paisaje y su cotidianidad, con la tradición objetual por ser una isla, los barcos son sinónimo de viaje, de carga, de partida, de llegadas, por barco entran todas aquellos artículos de primera necesidad, alimentos, seres queridos, regalos, turistas, trabajo, todo lo que pueda llegar a una isla se traslada por mar o por lo más lo atraviesa de alguna manera. El mar fuente de alimentos para todos aquellos que habitan en una isla, cúmulo de componentes y químicos naturales que afecta todo lo que toca, al aire lo toca y transporta su fuerza corrosiva y transformante.
En una isla el mar juega el papel más importante, es aquí donde se experimenta toda su omnipotencia, su existencia, tiene ritmos que merecen respeto y a los que hay que escuchar para aprender. En su haber el mar guarda especies animales aún no conocidas, se desarrolla las más increíbles formas de vida, su vaivén no repara en estructuras humanas, ni construcciones para dominarlo, todo objeto que penetre su masa y se mantenga será irremediablemente afectado por su vivir, sus tiempos y movimientos.
Esta investigación busca contribuir humanamente con esta escultura naturálica, interviniendo pasivamente una existencia con otra, el simple hecho de notar su presencia y concientizar sobre su origen, propicia una reflexión y una comprensión del paralelismo del tiempo, de la simultaneidad de realidades que no carecen de importancia entre sí.
La observación del espacio detona las posibilidades de intervención que posee, ofrece a la visualidad composiciones en las que la naturaleza es protagonista y las ruinas su creación. Por medio del cuerpo y el registro fotográfico, el arte acude a trabajar en colectivo con esta gran creadora, la naturaleza, y humildemente penetra en sus formas y ritmos para escribir junto a ella una historia más en su presencia.
El resultado buscará establecer un vínculo entre la escultura naturálica y su historia documentada y cronológica en un espacio relacionado con la cultura insular por ejemplo: Museo del Hombre Insular, en el que se encuentran los documentos e historia de la vida en la isla.
Este nexo que se extiende desde las orillas del mar y el museo son imaginarias, hablan de interés y observación, la información que se utiliza para establecer esta conexión se encuentra en la playa junto a la escultura, ahí el espectador puede conseguir una pista que lo dirigirá a este centro cultural y estando ahí conocerá la historia de este fenómeno observado.
La intención de establecer estos lazos yace en hacer visible un acontecimiento y respaldarlo con documentación y registros fotográficos que muestren su transcurrir en el tiempo, su historia, su presente y sus posibilidades a partir del punto en el que es notado por un creador y al inspirarse le otorga un nuevo sentido. O simplemente admirado por un espectador que se interesa seguir el nexo, o simplemente la contemplación del fenómeno y la experiencia personal de aquel q o contempla.
De cualquier modo se requiere de un trabajo con la comunidad en el que su memoria colectiva reconstruya una historia de convivencias y acontecimientos, aparentemente poco importantes pero contenedores de vida, tiempo y estética.
Estos objetos y espacios modelados por la naturaleza ofrecen calidades orgánicas y estéticas que se integran al paisaje demostrando el poder y la habilidad que tiene el entorno para adaptarse y adaptar todo aquello que se encuentre a su merced.
En el mar, todas aquellas cosas que han sido abandonadas en sus orillas, sufren cambios dramáticos, son rápidamente absorbidos y modelados por la naturaleza, tal es el caso de esta barcaza, una gabarra que fue abandonada en la orillas de la playa La Galera hace más de 40 años y hoy en día se ha transformado en pilares herrumbrosos, metálicos y oxidados modelados orgánicamente por la naturaleza y su transcurrir.
Es interesante pensar o imaginar todo el movimiento, casi imperceptible en la inmediatez, que ha sufrido este objeto, aparentemente en reposo sobre las llanas aguas de esta playa, dialoga y comparte su existencia con todo aquello que lo afecta, el agua, el aire, la sal, los peces, aves y pescadores todos van poco a poco interviniendo en su modelaje, a nadie molesta, atrae peces y vida marina y los invita a posarse sobre y dentro de sus formas.
Para la comunidad este objeto, ya casi desaparecido, contiene una historia, su razón de estar se conecta con la historia y la memoria de un pueblo, se encuentra fuertemente identificado con el paisaje y su cotidianidad, con la tradición objetual por ser una isla, los barcos son sinónimo de viaje, de carga, de partida, de llegadas, por barco entran todas aquellos artículos de primera necesidad, alimentos, seres queridos, regalos, turistas, trabajo, todo lo que pueda llegar a una isla se traslada por mar o por lo más lo atraviesa de alguna manera. El mar fuente de alimentos para todos aquellos que habitan en una isla, cúmulo de componentes y químicos naturales que afecta todo lo que toca, al aire lo toca y transporta su fuerza corrosiva y transformante.
En una isla el mar juega el papel más importante, es aquí donde se experimenta toda su omnipotencia, su existencia, tiene ritmos que merecen respeto y a los que hay que escuchar para aprender. En su haber el mar guarda especies animales aún no conocidas, se desarrolla las más increíbles formas de vida, su vaivén no repara en estructuras humanas, ni construcciones para dominarlo, todo objeto que penetre su masa y se mantenga será irremediablemente afectado por su vivir, sus tiempos y movimientos.
Esta investigación busca contribuir humanamente con esta escultura naturálica, interviniendo pasivamente una existencia con otra, el simple hecho de notar su presencia y concientizar sobre su origen, propicia una reflexión y una comprensión del paralelismo del tiempo, de la simultaneidad de realidades que no carecen de importancia entre sí.
La observación del espacio detona las posibilidades de intervención que posee, ofrece a la visualidad composiciones en las que la naturaleza es protagonista y las ruinas su creación. Por medio del cuerpo y el registro fotográfico, el arte acude a trabajar en colectivo con esta gran creadora, la naturaleza, y humildemente penetra en sus formas y ritmos para escribir junto a ella una historia más en su presencia.
El resultado buscará establecer un vínculo entre la escultura naturálica y su historia documentada y cronológica en un espacio relacionado con la cultura insular por ejemplo: Museo del Hombre Insular, en el que se encuentran los documentos e historia de la vida en la isla.
Este nexo que se extiende desde las orillas del mar y el museo son imaginarias, hablan de interés y observación, la información que se utiliza para establecer esta conexión se encuentra en la playa junto a la escultura, ahí el espectador puede conseguir una pista que lo dirigirá a este centro cultural y estando ahí conocerá la historia de este fenómeno observado.
La intención de establecer estos lazos yace en hacer visible un acontecimiento y respaldarlo con documentación y registros fotográficos que muestren su transcurrir en el tiempo, su historia, su presente y sus posibilidades a partir del punto en el que es notado por un creador y al inspirarse le otorga un nuevo sentido. O simplemente admirado por un espectador que se interesa seguir el nexo, o simplemente la contemplación del fenómeno y la experiencia personal de aquel q o contempla.
De cualquier modo se requiere de un trabajo con la comunidad en el que su memoria colectiva reconstruya una historia de convivencias y acontecimientos, aparentemente poco importantes pero contenedores de vida, tiempo y estética.
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